Porque no te empleas léelo y sabrás, tardas años en por recuperarte, somos especialistas en mobbing
A. Privar a la víctima de toda posibilidad de expresión. Se trata de alterar los procedimientos habituales de comunicación. El agresor controla las reglas y canales de la misma, interpretando éste a su manera cualquier expresión de la persona objeto de acoso, y volviéndolo en su contra: El superior jerárquico impide a la víctima expresarse. La víctima es constantemente interrumpida. Los compañeros le impiden expresarse. Los compañeros le gritan y atacan con palabras violentas. Criticar el trabajo de la víctima. Criticar su vida privada. Aterrorizar a la víctima con llamadas telefónicas. Amenazarle verbalmente. Amenazarle por escrito. Rechazar el contacto con ella (evitar contacto visual, gestos de rechazo...). Ignorar su presencia, por ejemplo, dirigiéndose exclusivamente a terceros. B. Aislar a la víctima de su entorno: No hablarle. No dejar que ella les dirija la palabra. Darle un puesto de trabajo que le aísle de sus compañeros. Prohibirle a los compañeros dirigirle la palabra. Negar la presencia física de la víctima. C. Actividades dirigidas a desacreditar a la víctima o impedirle mantener su reputación social o laboral: Atacarle o calumniarle. Lanzar o propagar rumores sobre ella. Burlarse de ella, ridiculizarle. Pretender que sea una enferma mental. Intentar obligarle a pasar un examen psiquiátrico. Burlarse de cualquier defecto que tenga. Imitar como anda, su voz, gestos... para ridiculizarle. Atacar sus ideas políticas o creencias religiosas. Reírse de su vida privada. Mofarse de sus orígenes, nacionalidad. Obligarle a hacer un trabajo humillante. Juzgar el trabajo de la víctima de modo injusto y con la intención de hacerle daño. Cuestionarle, rechazar sus decisiones. Injuriarle en términos obscenos, degradantes. Acoso sexual mediante gestos o proposiciones. D. Actividades dirigidas a reducir la ocupación de la víctima y su empleabilidad, mediante la desacreditación profesional: No confiarle ninguna tarea. Privarle de toda ocupación y velar porque no encuentre una por sí misma. Obligarle a realizar tareas inútiles y/o absurdas. Cargarle de tareas muy inferiores a sus competencias. Darle tareas nuevas sin cesar. Hacer que haga trabajos humillantes. Confiarle tareas que requieren una cualificación superior a sus competencias, para desacreditarle. E. Actividades que comprometen la salud física y psicológica de la víctima: Obligarle a hacer trabajos peligrosos o dañinos para la salud. Amenazarle físicamente, a título de advertencia. Agredirle físicamente pero sin gravedad. Ocasionar voluntariamente gastos con la intención de perjudicarle. Ocasionar daños en su domicilio o puesto de trabajo. Agredir sexualmente a la víctima. Perfil del acosador Si bien no existen unas características comunes a todos los perfiles, cuando las causas del acoso son más personales que empresariales, suelen darse algunas de las siguientes condiciones: Personas que no toleran en los demás un modo de hacer las cosas diferentes del que ellos consideran apropiado. El superior con puntos de vista distintos no acepta lo que para él es erróneo, respondiendo en consecuencia. Personas incapaces de tolerar el estrés al que se ven sometidos, con lo que ejercen la misma presión que sienten sobre los demás. Como les humillan, humillan también; así se puede culpar al sistema y no asumir responsabilidad alguna. Personas que utilizan la sensación de poder como ansiolítico y para contrarrestar o justificar su aislamiento social.
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